jueves, 8 de marzo de 2007

Proverbio chino al canto:

"Las personas somos como las bolsas de té, no sabemos lo fuertes que somos, hasta que no nos ponen en agua caliente"

En unas horas me voy Huan Shang (la montaña amarilla). 9 horas de tren nocturno y nada más llegar una ascensión de 7 horas y 4 km. Ya veremos como acabamos. Luego al hotel en lo alto de la montaña y al día siguiento caminata otra vez.

Ya os contaré. Vamos unos 7 en total. Los chinos dicen que es la montaña más sagrada y que habiendo subido esta, no hace falta visitar otras. Se pueden encontrar 4 tipos de paisejes diferentes en la ascensión y si no hay mucha niebla, dicen que es de los más impresionante que existe. El caso que las temperaturas que se esperan para este finde son de -4º a 8º.

Bueno majetes os dejo. Un abrazo

sábado, 3 de marzo de 2007

Héctor vuelve a casa!!

Todo sigue igual por aquí, el año nuevo acabó, el trabajo comenzó, y no hay muchas novedades.

La gran noticia es que mi sobrinito Héctor a vuelto a casa, después de 3 meses, de haber estado en un hospital de Barcelona, por una grave afección respiratoria.

Esta es, para mí, la mejor noticia que he tenido en los últimos años, además del día en que supe que iban a llegar al mundo estos dos enanos, que han cautivado a todos los que los conocen.

Hubo momentos en que no creíamos que regreseraíamos a casa con él.

Sólo reconocer a Jesús Pablo y Mati, la gran labor y dedicación como padres y a David (hermano mellizo de Héctor) la espera por ver a sus hermano y a sus papis; espera que ha llevado como un campeón gracias a los tios, abuelos y amigos de los papas, en Miranda. Gracias también a los tios y primos, en Burgos y Barcelona (especialmente a Vicky). Jesús y Mati, nunca lo olvidarán, y nosostros tampoco.

Gracias a todos y esperamos que episodios como este no se repitan.




¡Bienvenido Héctor!





Como esta semana no tengo nada remarcable, os dejo con Kapúscínsky, periodista polaco, que murío hace unas semanas. A diferencia del resto de los mortales, casi todo lo que vivió este hombre era notable. Os paso con él. ¡Disfrutádlo! porque aunque haya muerto, sus textos son eternos.





"...y si partimos del supuesto de que los chinos levantaron murallas ininterrumpidamente durante cientos e incluso miles de años, si tomamos en consideración el -siempre alto- número de aquéllos, su entrega y disposición al sacrificio, su disciplina ejemplar y su laboriosidad de hormigas, obtendremos un saldo de cientos de millones de horas gastadas en construir murallas, horas que en un país pobre se habrían podido emplear en cosas tan útiles como aprender a leer y aprender un oficio, en cultivar nuevos campos y criar un hermoso ganado.
He aquí por donde escapa la energía del mundo.
¡Cuán irracional! ¡ Cuán inútil!
Pues la Gran Muralla -y es una muralla-gigante, una muralla-fortaleza que se alarga miles de kilómetros a través de cordilleras vacías y deshabitadas, una muralla-objeto de orgullo y, como he mencionado, una de las maravillas del mundo- al mismo tiempo es la prueba de la debilidad y aberración humanas, de un enorme error cometido por la historia, que condenó a la gente de esta parte del planeta a la incapacidad para enetenderse, para convocar una reunión en torno a la mesa donde, todos juntos, se plantearan cómo emplear con provecho el ingenio y las energías acumuladas de las personas.
Tal cosa resultaba una quimera, pues la primera reacción ante cualquier amago de problema era otra bien distinta: levantar una muralla. Encerrarse, separarse. Pues todo lo que llegaba del exterior, desde allí, no podía ser otra cosa que un peligro, el anuncio de una desgracia, un augurio del mal, vaya, la mismísima encarnación del mal.

Pero la muralla no sirve sólo para defenderse. Al tiempo que protege la amenaza que acecha desde el exterior permite controlar lo que sucede en el interior. Al fin y al cabo, en una muralla hay aberturas, puertas y verjas. O sea,, al vigilar estos lugares controlamos quién entra y quién sale, hacemos preguntas, comprobamos la validez de los salvoconductos, apuntamos nombres y apellidos, escrutamos los rostros, observamos, lo grabamos todo en la memoria. Así que la muralla es a la vez escudo y trampa, mampara y jaula."



"Viajes con Herodóto" , Ryszard Kapuscinsky, Anagrama.